1 – Paciencia #
Esa es la palabra clave. PACIENCIA. Se necesita una buena dosis porque no se puede progresar en un puñado de días. Sobre todo cuando se practica una actividad tan exigente como la natación. Si empiezas de cero, empieza por quedarte cerca del borde. A medida que entrenes, te sentirás cada vez más a gusto. Así podrás ir viento en popa. De este modo, tu respiración y tus articulaciones se acostumbrarán al nuevo esfuerzo.
2 – Regularidad #
En natación, como en cualquier otro deporte, para progresar hay que ser regular. Es una regla básica. Hacer deporte de vez en cuando está bien, pero no te ayudará a progresar. Cuando hablamos de regularidad, hablamos de al menos 1 o 2 sesiones a la semana. Sólo así podrás aumentar tus capacidades. Cada semana, planifica tus sesiones con antelación, anótalas en tu agenda e intenta ceñirte a tu programa.
3 – Progresividad #
No hay nada peor para tu cuerpo y tu mente que empezar a nadar sobrestimando tus capacidades. Como tu cuerpo no está acostumbrado a este tipo de actividad física, corres el riesgo de pasar apuros durante el esfuerzo y convertir tu primera sesión en una auténtica tortura. Esto resultará contraproducente más adelante, porque ¿cómo vas a querer ser regular si no disfrutas con lo que haces? Además, si empiezas entrenando durante demasiado tiempo, corres el riesgo de sufrir dolorosas agujetas que te impedirán volver a ponerte la camiseta rápidamente. Por eso, nuestras sesiones de 30 minutos para niños y 45 minutos para adultos son el momento ideal para progresar a tu ritmo, ¡sin ir demasiado rápido!
4 – Un estilo de vida saludable #
No nos cansaremos de repetirlo: hacer deporte y llevar un estilo de vida inadecuado al mismo tiempo no te permitirá progresar de forma óptima. El entrenamiento también forma parte de la alimentación. La clave está en seguir una dieta sana compuesta principalmente por fruta, verdura, cereales y legumbres. Las proteínas son importantes, pero ten en cuenta que no sólo las aporta la carne. Las proteínas vegetales también son muy interesantes desde el punto de vista nutricional. Por último, la actividad física implica mantenerse bien hidratado. Un cuerpo deshidratado ve disminuir sus capacidades. Así que recuerda llevar siempre tu botella de agua a las clases de natación.
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